Sunday, January 1, 2017

CONVERSANDO CON DIOS


Tengo tanto tiempo que no escribo Las Lolaventuras que ni sé por dónde empezar. Resulta que mi voz interna decidió callarse por increíble que parezca. Una sequía muy larga que yo misma no sabía cómo explicar.
En  todo este tiempo mil veces me pregunté porque mi alter ego  decidió no hablarme más y comencé a preguntarme si lo había ofendido.  En esta búsqueda personal, me di cuenta que en realidad no le había salido con una vaina a la otra Lola y que esta “oquedad” tenía obviamente otro significado.
Como es de esperarse, tras analizar las cosas de manera lógica y pragmática y no  haber conseguido ninguna respuesta tuve –muy a mi pesar- que empezar a buscarla en el mundo espiritual. No me gustaba la idea de estar acusando al universo o a las fuerzas del más allá de mi silencio… pero coño… es que no oía nada… y me sentía tan solita…. Descubrí que mi otra Lola es mi mejor amiga, con la que converso en voz alta todo el día. (Si manitas yo hablo sola y a mucha honra… y si ustedes no lo hacen comiencen a hacerlo…) es hora que el mito de que hablar solo es estar loco… se acabe.
Fue así que un día volví mis ojos a Dios, pero de una manera distinta. Tras escuchar una predica de Joel Osteen,  donde hablada de la relación única y personal que cada uno debe tener con Dios, donde los intermediarios y las religiones están de más… me dije  “coño”… y ¿si por allí son los tiros?.... y ¿si mi otra Lola no soy yo sino él?  ¿Y si lo que yo oigo es esa fuerza inmanente y maravillosa de amor a quien yo decidí llamar Jesús?
Todas esas preguntas lejos de darme conformidad y una explicación lógica al silencio de mi alma… Me pusieron la piel de gallina y me llenaron de miedo. Si eso era cierto, si eso que yo pensaba era totalmente cierto, tan  cierto como que yo lo oía… entonces Dios existe… no es ese concepto maravilloso que aplaca nuestros miedos en los momentos difíciles… no, no, no…. No es aquel apoyado en grandes altares para ser alabado. No es el dogma colectivo donde todos terminamos aceptando que la vida es mejor con él que si él… tú sabes…un Dios a tu manera….  Al que sigues según te acomode y si no viene a pisarte ningún cayo ni a sacarte de tu zona de confort.
No ese Dios… no!... Sino el “mero-mero”… como dirían los malandros “el papa de los helados”
Se imaginaran que después de llegar a semejante conclusión ya no quería escuchar esa voz porque ahora le tenía miedo. Qué responsabilidad tan grande es saber que Dios es real y si existe. Ese descubrimiento te obliga a comportarte bien, a orar por tus enemigos, a ayudar al desamparado, a dar lo que tienes para que se active la ley de la abundancia y una pila de vainas que a la final son un trabajón loco y que muchas veces me resultaban fastidiosisimas. Así que le puse  “mute” a la vaina y seguí en mi vida tranquila…. Creía yo
Pero que va… Escribir para mi es una necesidad… es así como parte de mi ADN… Si no lo hago me siento como que me voy marchitando. Y pensaba es esa voz que tanto necesito para hacerlo. Esa que me dicta cada párrafo y nos echa el cuento (a mí y ustedes) desde el fondo de mi alma.
Y un día dije ¿Papa-Dios…. Eres tú? Y oí, clarito, diáfano y fuerte como una campana “Si”
… me cagué…
Se me puso fría la nuca y dije… ahora si me calló bachaco estoy oyendo voces… “a los 40 esquizofrénica… la terminé de completar” “manita si estabas preocupada en quedarte solterona… te aviso que la vaina va…porque vieja y loca… is too much”
Y dejé la preguntadera hasta allí… quién me manda a entrépita.
 Pasaban y pasaban los meses y Lola no escribía. Hace poco me arme de valor y dije… bueno vamos a ver… seguro Lola eso son vainas tuyas…. No te sicosees!
Y otra vez…
¿papa-dios eres tú?”
Si….
¿Siempre has sido tú?
Si….
Todas las veces que escuchado esa voz aconsejándome, advirtiéndome y acompañándome en mis horas de soledad… ¿siempre has sido tú?
Si…
Y entendí por qué  Pablo cayo ciego y porque San Francisco de Asís decía que cada latido de su corazón alababa a Dios. Y si, sonará pavosísimo… me dirán que se me fundieron los cables. Pero ese día hablé y hablé y pregunté muchas cosas y comprendí un millón más que ni siquiera sabía que quería saber su significado. Descubrí que Dios lejos de ser un ser superior montado en un altar con una corte de Ángeles y Santos y que se yo que cuantos… es tu pana, vive dentro de ti y habla contigo todos los días en toda hora y en todo momento y cuando estas a puntito de meter la pata… te endereza de un tirón la puntería.
Que cuando nos empeñamos en ejercer nuestro libre albedrío y la cosas salen medio mal… usa cada situación para enseñarnos una lección y ayudarnos a crecer. Que nada puede tocarte porque ahora él está a cargo de tu vida y que cuando alguien muere o una tragedia sucede él no es el culpable… es nuestra propia iniquidad. Pues al hacernos libres no puede gobernarnos, que siendo el dueño de todo, cedió su poder y nos deja gobernar nuestras vidas, aunque muchas veces esto termine costándonos la vida.
Que si no estás a su favor… tampoco estas en su contra. Ni tienes que pagarlo con sangre. (Él no es Chávez) muy por el contrario respeta tus opiniones hasta cuando dices que él no existe y no crees en él. A nadie le ha caído un rayo por decir que no cree en Dios. Y con eso nos enseña una lección de tolerancia inmensa a todos los que juzgan usando su nombre a aquellos que por su inclinación sexual, raza o religión son distintos a nosotros.
Y lo más increíble es que en todo este tiempo en que decidí conversar con él, siempre me dice que hacer y si yo me empeño en hacer lo contrario… saca la escoba y la palita y recoge…mi desastre.
Entonces hoy decidí contárselos. No lo hago para que ahora todos se den golpes de pecho. Cada quien con su vida. Tampoco es para que crean que me metí a monja (me encanta un tacón de aguja y un vestidito pegao). Tampoco cuando hablen conmigo en vez de “hola” les voy a gritar “pecador arrepiéntete”…. Nooo que va

Pero Las Lolaventuras volvieron… porque Dios –si ese… mi amigo… mi pana que me habla todo el tiempo- me dijo “echale bolas… que pa algo te di ese talento… Yo solo me cayé un ratito para que descubrieras que era yo… el tiempo perfecto había llegado para revelarme … soy yo dentro de ti y yo también te amo y necesitaba que lo supieras… ahora de aquí pal ante…  Juntos pa lo que salga… quien dijo miedo…

Thursday, July 11, 2013

NO TE TORTURES MAS…

Queridas amigas invisibles, tenía tiempo sin darle a las teclas pero, como ya todos sabemos las Lolaventuras tienen vida propia y emergen cuando les da su regalada gana!!
Entrando en el tema que hoy nos ocupa vamos a hablar de razones de peso… Y cuando digo peso soy literal, porque hoy es el día para contarles toda mi experiencia sobre mi cirugía bariátrica!!
Algunas amigas de vieja data saben que yo era una mujer delgada y un día mi insulina se volvió loca y me convertí primero en una “gordita linda” (o por lo menos yo creía eso) y luego lastimosamente termine siendo una mujer obesa.
Probé de todo, no hubo dieta que no hiciera, me maté de hambre, me sentí fracasada, comí 400 veces al día porciones mínimas, tomé agua como una sapa, entrené en un gimnasio como si fuera para las olimpiadas, caminaba, me inyecté cualquier brebaje sospechoso que aseguraba derretir la grasa… y nada… nada…nada… Muchas veces mi querida amiga María, quien además es una gran atleta me ayudó y me incentivó a ir al gym con ella a las 5 de la mañana y vio junto conmigo y con cara de tristeza como la balanza seguía subiendo irremediablemente…
Yo me sentía fracasada, porque en la gordura, cada kilo pesa en el alma… cada vez que tienes hambre te sientes menos, perdedora, incapaz!! Yo no entendía porque SIEMPRE tenía hambre, era insaciable, era como un demonio interno, un Cronos desesperado por comerse una y otra vez a sus hijos, por temor a perderlo todo…
Hasta que me hicieron un examen muy extenso del azúcar y descubrieron que tenía Insuficiencia de Insulina… o sea mi cuerpo no producía suficiente insulina para trabajar. Les explico: si un cuerpo necesita 5 gramos de insulina diaria para trabajar, el mío producía  4 gramos, en consecuencia mi páncreas, tenía que volver  a generar otra dosis de insulina para alcanzar su meta. El problema es que al hacer eso me quedaban sobrando 3 gramos que irremediablemente el cuerpo tenía que quemar. Cada vez que quemas insulina tu cerebro manda una señal de hambre, porque al quemar azucares para el cuerpo es hora de comer. El problema está que por supuesto yo quemaba, volvía a quedar en falta y empezaba de nuevo ese maléfico ciclo que nunca se detenía y me engordaba el cuerpo y me torturaba  el alma.
Cuando Ramsés (mi gran amigo y mí medico) me explicó esto también me dijo: tu única solución real es operarte. Es cierto que con una dieta muy específica y haciendo ejercicio quizás hubiese podido alcanzar mi meta, pero mi caso era bien difícil… él me recomendó operarme.
Llame a mi mamá y mi bella vieja me dijo literalmente 
“échale bolas… no te lo pienses, yo te apoyo”  y comenzó la vorágine de una operación que me llenó de esperanzas. Yo decidí hacerme la manga gástrica pues para mí, el bypass era un procedimiento muy fuerte y además yo no tenía tanto sobrepeso que perder. Lo cierto es que descubrí que todo el mundo me apoyaba, me daba ánimo y  detrás de cada sonrisa y cada palabra de aliento había la hermosa intensión de verme triunfar.
Me opere un 17 de enero, llena de esperanza, no sentí ni dolores, ni pena, mi estómago, mi cerebro y mi alma estaban en perfecta sintonía. No voy a negar que tuviera sus incomodidades y que mi azúcar se descontroló un poco y que me pincharon por todos lados, pero para mí todo dolor era tenue y cada pena…valía la pena.
En un principio me veía al espejo y me veía igualita, me pesaba y tenía menos libras, pero yo no notaba ninguna diferencia. Me daba cuenta que comía como un pajarito, pero me daba hambre cada hora. Por supuesto mi mente que podría haber sido una torturadora digna de cualquier cárcel de la inquisición del medioevo, soltaba esa malvada vocecita interna que me decía “a ti la operación no te va a funcionar” (hay que ser hija de puta!!)
Comencé a tomarme fotos y ponerlas en Facebook y todas ustedes me ayudaron día a día  con miles de comentarios sensacionales, pero confieso que lo hacía para darme ánimos, porque me parecía que no había perdido casi peso --solo 15 libras,  cerca de 7 kilos-- en un mes!! Eso a mí me parecía nada, ya que solo tomaba literalmente 4 cucharadas de caldo de pollo. Ese malvado demonio interno que uno tiene que te asegura que TU NO VAS A TRIUNFAR, estaba haciendo de las suyas. Pero Dios es más fuerte y más grande que todo y que todos y nunca fue más cierto que ahora que EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO y mes a mes fui perdiendo sin prisa pero sin pausa libras y más libras.
Y tuve una epifanía (he descubierto que mis epifanías generan las lolaventuras) me di cuenta que tenía que contarle todo esto para que no se torturen más. Yo solo puedo comer 8 onzas de comida en cada vez que como (les recuerdo que el tetero de un bebe tiene 12 onzas) y solo pierdo 15 libras (7 kilos) en un mes!! O sea si TU (si es contigo) haces dieta y comes en las medidas normales de una persona que tiene su estómago completo y pierdes 4 o 6 libras (2 o 4 kilos) en un mes… es perfecto!!
Deja de torturarte, de sabotearte, de decirte que tu no vales, que irremediablemente serás gorda e insatisfecha contigo misma, porque solo perdiste 3 kilos en un mes… porque eso es justamente LO PERFECTO!!
No te sientas fracasada pensando que tu no adelgazas, que tu cuerpo no responde…porque si lo hace… Envuélvete en el divino manto de Dios y manda a callar a ese demonio que ilegalmente quiere vivir en tu mente y sácalo de allí!!!
No se sientan fracasadas, porque yo que como poquitico ahora (6 meses después de operada) solo pierdo 5 kilos en un mes.
Tu triunfo esta allí, cada vez que te peses y veas que solo perdiste un kilo, alégrate, sonríe y no te dejes vender la idea barata de todos los productos dietéticos (que en su mayoría ninguno funciona) que prometen hacerte perder 20 kilos en un mes (eso no existe) y si existe puede matarte…
Ahora después de 6 meses llevo 46 kilos menos (100 libras) y me siento otra mujer. Quiero darle a todas las gracias por haber estado allí conmigo en este proceso y por ponerse su mejor ropa de porristas para aplaudir mis foticos, mi corte de pelo y mis nuevas tallas. Con lágrimas de amor les digo a cada una de ustedes que son las mejores amigas que nadie puede tener…
Ya no me falta mucho, pero ya no me importa esperar, ya sé que lo voy a lograr, ya entendí a mi cuerpo de mujer que se toma su tiempo, que necesita paciencia y comprensión y entendí que mi cuerpo de mujer es como yo, quiere que lo mimen, que lo esperen y que tengan fe en él, porque el triunfo está allí solo necesito tiempo para alcanzarlo…ustedes también lo tienen allí… no se desesperen.
Las lolaventuras
Miami
Julio 2013








Friday, April 12, 2013

MADURO, MADURITO … ¿CUÉNTAME DONDE ESTA EL PAJARITO?


Ante todo… perdón…
Quiero pedirle disculpas a todos los lolaventureros por el silencio…. Y les voy a explicar porque. Además de una terrible lesión en el hombro izquierdo, que el año pasado casi me deja mocha… otro evento marcó mi silencio. La pasada campaña electoral con el occiso!!!
El exilio tiene una maravillosa virtud: te permite ver las cosas con mucha más claridad, pues como espectador siempre es más sencillo entender toda la trama. Por eso,  cuando yo veía a mi gente emocionada,  que planeaba salir desde el último rincón del planeta para votar por el flaco, me sentía horrible, porque sabía que era imposible que el difunto soltara el coroto… ¿qué por qué? Pues muy fácil… suponer que Chávez libre y democráticamente iba a entregar el poder, iba a hacer unas elecciones limpias, era atribuirle unas cualidades a ese señor que nunca tuvo y jamás tendrá… porque en la tumba no se mejora!!
Pero me dolía decirlo. Veía a la gente tan segura, tan emocionada con su cachucha y un rosario y una ilusión, que me sentía como aquel que le dice a un niño que Santa no existe.  Y por eso me silencié, no me quedó de otra que callar.
Pero ahora la vaina cambio y está más buena que carajo!!... Porque como bien dice “mi flaquito” ¡Maduro no es Chávez!
Los chavistas han violentado mi capacidad de asombro,  yo pensé que ya lo había visto todo… hasta que escuché a Maduro –que bien podría ser un integrante del Mariachi Cucurrucucuta- diciendo que un pajarito azul vino a hablar con él y que era nada más y nada menos que Hugo Rafael!! (¡aaayyy loca!)
De vaina no me hice pipi… era increíble… Yo estaba convencida en mi fuero interno que después de haber escuchado al fenecido diciendo: “Marisabel esta noche te doy lo tuyo!! O  su celebérrima frase “fo!!..  aquí huele a azufre!!” ya lo había escuchado todo y no podía ser peor…. ¡Pero resulta que me equivoque!
Nicolás supera por mucho a Chávez en ordinariez y brutalidad,  pero,  viéndolo en retrospectiva me pregunto porque Hugo Rafael  -que sabía desde hacía rato que estaba listo- decidió dejarle el país a este sub-normal!!.  Es algo digno de analizar. Lo primero que me viene a la mente es que Chávez por alguna razón es sus últimos meses de vida se peleó con Diosdao –que aunque es un bicho, es mucho más inteligente y era el candidato natural-… pero la pregunta real es, ¿porque se tornó a Maduro?  Solo hay una respuesta posible: Fidel le dijo que lo hiciera…
Por mucho que nos arreche, este viejo octogenario cubano está gobernando a Venezuela a control remoto y sabía que Diosdao no era un títere que él podía manejar… Pero Nicolás es un pendejo y Fidel será un desgraciado, pero es un desgraciado inteligentísimo!
Pero a Castro le salió mal el cálculo, no contó con un comportamiento ancestral del venezolano… el de seguir al Caudillo, como bien dijo alguna vez Herrera Luque: “Venezuela es un valle gobernado por Caudillos”. A nosotros nos gustan los caudillos, los amos de valle, los mantuanos o la elucubrada historia del Negro Primero, que aunque lo habían chuseado de arriba abajo, aguantó y a galope se despidió de su general…  Porque a nosotros nos gusta eso, el arrecho, el cuatriboleao, tener la última palabra…. No  un bolsa que llora como una plañidera, hace pucheros y habla con pajaritos azules!!
Y no importa cuál fue la última voluntad de Chávez… a Rey muerto Rey puesto!!... Maduro es un gafo que todavía duda si el estado civil tiene capital!!... Y el domingo se medirá contra Henrique en una elección donde todos sabemos (propios y ajenos) que Nicolás perderá.
Y es aquí donde yo me pregunto… ¿La marea roja sigue junta?… ahora es cuando todos los chavistas tiene que salir y bailar pegao. Porque es mucha la trampa y la sinverguenzüra que tendrán que hacer para dejar a Maduro en la silla.
¿En verdad Diosdao, Chacón, Ramirez, Rangel, Barreto, Lucena y todos ellos quieren dejar al camionetero en el poder? ¿Ser gobernados por Fidel y por un gafo que en cualquier momento podría voltearse en su contra? o ¿prefieren una especie de “perestroika criolla”  donde le entregan el coroto a la oposición (un país arruinado), con tal de irse con todos sus millones a un paraíso fiscal “no extraditable” a gozar de lo que se robaron?
Yo me inclinaría por la opción de la perestroika. Por eso ahora han permitido que las encuestas reflejen a Capriles como posible ganador, por eso no han hecho la feroz campaña mediática, ni han intentado generar matrices de opinión, como hicieron con tanto éxito en el pasado. ¿Por qué ahora permiten que se les vea la costura?... Para mí, por una razón muy sencilla… están dejando que la guillotina caiga y que ruede la cabeza que tenga que rodar.
Como sea… no va estar fácil… La historia de Venezuela se va a dividir de antes del 14 de Abril del 2013 y después del 14 de Abril del 2013… Pero como dijo mi flaquito: El tiempo de Dios es perfecto…asi que aquí te espero Madurito… sonriele al pajarito (ahora que puedes).

Thursday, April 26, 2012

La Venganza de Fumanchú


Nuestras madres fueron mujeres valientes que les tocó atravesar un puente muy grande en la historia: La liberación femenina. Antes de que este proceso se diera en la humanidad, los matrimonios y en general la vida de cualquier mujer, era regida por otra persona (generalmente un hombre) quien decidía, cómo, cuándo y dónde la pobre en cuestión tenía que vivir y aceptar el sino de su destino.
La generación de nuestras madres ya tenían la capacidad de enamorase y escoger al hombre con quién debían compartir su vida, pero en otros muchos aspectos aún no tenían ni voz ni voto. Los hombres eran criados como los reyes de la casa. Una mujer tenía que aceptar que el hombre tuviera otras mujeres, saliera, parrandeara, hijos por fuera y un sin número de cosas más, que no vale la pena enumerar. Las mujeres no se divorciaban. Ser una divorciada, era ser una pária. Había que aceptar ese comportamiento. Ellas, aunque les doliera preferían callar, por mantener su hogar “unido”… “ese es mi marido… mi cruz” decían muchas…
Pero, la generación que le tocó vivir a mi mamá transitó una encrucijada tremenda, porque un día como otro cualquiera, salió la píldora, las mujeres tomaron control de su vida y su sexualidad, se dejaron de pendejadas, algunas se divorciaron de sus maridos abusivos y todas se sintieron modernas y libres y embraguetadas con su destino criaron a sus hijos (o sea nosotros).
El problema comenzó cuando intentaron inculcarnos a nosotras (sus hijas) el concepto de una mujer liberal. Ellas mismas no sabían cómo. Embebidas por la vorágine de los tiempos habían intentado liberar su vida, pero no sabían cómo enseñarnos a nosotras a ser libres. La mujer sumisa que a su vez su madre les había inculcado, la tenían tatuada a fuego y no tenían -muy a su pesar- otro referente que darnos. Hablaban de modernidad, pero no obligaban a sus hijos varones, a limpiar o a recoger o ayudar en la casa… “porque esas son cosas de mujeres”.  O cuando llegamos a la adolescencia no nos dejaban llegar tarde, pero tu hermano podía hacer prácticamente lo que le provocaba “porque él es varón y tú una señorita”. Nos impulsaban a estudiar y superarnos, pero estaban de acuerdo que nos quedáramos en casa a criar a los hijos, dejando nuestros propios sueños de lado. Inevitablemente criaron hombres machistas.
Y el día que nosotras nos hicimos mujeres, nos vieron sufrir, porque los hombres que nosotras escogimos eran la prolongación de los hombres que ellas en su momento habían dejado. Y surgió la generación, que como bien dicen: “le temen a sus padres y le asustan sus hijos”.
Pero nosotras sí sabíamos qué era ser libres, cuáles eran nuestros derechos, aprendimos a decir que no, aprendimos a amarnos y respetarnos, estudiamos y luchamos día a día por triunfos tan pequeños y tan grandes a la vez, como tener el mismo sueldo que un hombre, votar, opinar, escribir, que nos respeten cuando nos duele el vientre por la regla y mil cosas más. Con esto no quiero decir que todos los hombres de mi generación son unos sinvergüenzas, porque no es verdad, pero lastimosamente aún son una minoría.
Mi amiga Alicia tenía la mejor explicación para esto: “una mujer tiene que casarse y divorciarse, para luego poder ser feliz”. Eso era una realidad. Nuestras “modernas” madres, lo eran sólo en apariencia y muchas de mis amigas tuvieron que casarse con el primero que les calentara la pata de la oreja, para poder salir de sus casas y tener la libertad de decidir que querían hacer con sus vidas. En el proceso tuvieron hijos, se divorciaron y sufrieron el dolor del fracaso y de la pérdida.
Pero, no hay nada más lapidario que el tiempo y fue así que estas mujeres decidieron de manera inconsciente cambiar las cosas. Las que tienen hijos varones, los enseñaron desde pequeños a ayudarlas en las casas, a ser hombres respetuosos y de bien y muchas de mis amigas le cantan el mismo rosario a sus hijos todos los días: “Usted puede tener las novias que quiera, pero una a la vez… aquí no me va a estar trayendo 5 mujeres al mismo tiempo. Si esa es su novia… ¡mientras esté con ella, la quiere y la respeta!”… (Coño… ¡qué cambio!). Y a sus hijas les dijeron: “usted no se deje joder”, basta de ser sumisa, no le permitas a ningún hombre que te minimice, goce, disfrute la vida”.
Ahora vemos cómo las muchachas de  estos tiempos, son unas mujeres audaces, que no se amilanan ante nada y que cada día más están conscientes del gran poder de lo que llevan entre las piernas y que sin pudor ni pena, lo ejercen.
Y es ahora cuando la venganza de dos generaciones de mujeres traicionadas se ve consumada en estas muchachas que no aceptan menos que “ser las princesas del hombre que las corteja”. Que exigen respeto, igualdad y no se sienten en la necesidad de complacer a ningún hombre para que las ame, porque con lo que ellas son, es más que suficiente. Y las veo y las admiro.
Entiendo que yo nunca seré así, no puedo evitarlo, hay cosas que llevo en el ADN, que me metieron entre tetero y tetero. Pero ver cómo estas chicas llevan el mando y ver como los hombres de esta generación son los que buscan probar que son lo suficientemente buenos cómo para que ellas los acepten, me llena de satisfacción. Porque todo esto lo que asegura que el día que se casen lo harán bajo la más absoluta certeza de que es eso lo que quieren y aprenderán a ser felices y a ver crecer a sus hijos juntos. Serán ejemplo, padres amorosos. Etc. Etc.
Por eso esta Lolaventura está dedicada a cada amiga que he visto llorar traicionada, por cada prima que he visto ser madre y padre a la vez, por cada hermana que la he visto sufrir con la quincena para que le alcance el sueldo, porque el padre de sus hijos no es más que “un donante de esperma”. A cada una de ellas, que amaron infinitamente y fueron victimas de la última generación del “macho vernáculo”, las felicito, porque con sus lágrimas borraron el pasado, mejoraron el presente y forjaron un futuro grandioso para sus hijos y convirtieron al homo traidorus machistus en una especie de museo.

Las Lolaventuras
April, 2012

Monday, April 2, 2012

Receta para el alma


¿Qué título tan trillado, verdad? A veces me es difícil llegar al punto que quiero sin caer en lugares comunes, pero ¿saben qué?; no importa porque a la final este es mi blog. Por mucho que he intentado actualizarlo una vez por semanas, las Lolaventuras se resisten y por más que me torturo pensando que mucho tiene que ver la flojera mía, me he dado cuenta que ¿cómo puedo narrar un episodio que no ha sucedido? Hasta que el otro día llegó a mis manos una maravillosa película llamada ANONYMUS basada en lo que se conoce como la teoría oxforiana, donde –por un millar de pruebas que no voy estar explicando aquí, googleenlo- se llega a la conclusión de que realmente Shakespeare no fue más que una mascarada de un autor que por razones políticas y sociales no podía hacer teatro. Pero más allá de que esto sea cierto o no, en un momento de la película hubo un instante maravilloso donde la esposa del protagonista –que considera que escribir es un pecado que clama ante los ojos de Dios- le reclama: “ ¿por qué tienes que hacerlo?, ¿por qué tienes que seguir humillándome?” y el protagonista responde: “!Por las voces de mi cabeza, las hadas, los faunos, las princesas, los corsarios y todos los personajes que habitan dentro de mi y hablan y sólo cuando los escribo y hago que su voz tome cuerpo y sentido, me dejan tranquilo, me dejan descansar. Tengo que escribir o me volvería loco!”
Cuándo escuche eso, sentí un friiito corriéndome por la espalda. A mi me pasa eso, yo tengo personajes que debo dejar salir. Yo tengo historias creadas con seres que me susurran al oído, qué quieren decirle al ser amado. Hay noches que para dormirme, yo misma me cuento un cuento. Y me puse a pensar ¿que sería de mi vida si no pudiera escribir? En verdad, creo que sería muy duro. Por asombroso que les parezca mi único maestro no ha sido mi padre, debo contarles que mi hermano Julio ha sido otro gran maestro en mi camino de la escritura. Normalmente me insulta si cometo errores (cómo debe ser, es mi hermano), me regaña, me chincha y me vuelve loca, pero me enseña su oficio, nuestro oficio y eso ha sido un ejercicio interesante, porque aunque en la vida cotidiana y real yo soy su hermana mayor, en ciertos momento paso a ser su hermana pequeña y eso me gusta. Así que escribo, aunque sea de cosas que me suceden y como yo las veo, mal o bien, pero escribo.
Volviendo al tema, hoy quiero contarles un episodio muy hermoso que viví ayer. Ayer era domingo de Ramos y mi prima Gaby me llamó para que fuera junto con su esposo a Camila’s House a hacer una cena para los homeless (personas que no tienen hogar). Me puse mi camiseta más viejita y mi pantalón más roñío, me hice una cola en el pelo y me fui con la idea de que yo –toda linda y fashion- iba a gastar una hora de mi tiempo, para servirle comida a esta pobre gente. Cuando llegué, a las 2 de la tarde,  me pusieron un delantal plástico, unos guantes, un gorro y me metieron en una cocina calurosa e infernal y pusieron delante de mi algo como 50 kilos de chupeticas de pollo que debíamos, lavar, marinar en limón, empanizar y freír… ¡chúpate esa mandarina!
La persona que estaba llevando la voz de mando allí nos dijo que serviríamos la comida a las 7:30 pm… ¿¡Queeeeeee!? ¿¡y mi domingo!?...¿¡y mi cama queen, mi netflix,  mi aire acondicionado y televisor de 32” LED y mi blueray!? ¿¡5 horas en este infierno friendo pollo!?... Y aunque ustedes crean que yo exagero no lo hago, así lo pensé. Sentí un enorme fastidio al saber que iba a perder un domingo en mi vida perfecta para tener que darle de comer a alguien que no tiene casa… ¡qué aburrido!
Como ya estaba allí empecé a hacer lo qué tenía que hacer sin darle más cabeza, ya me había metido en ese paquete, así que plomo… Tenía además a un negrito haitiano (¡ups sorry un afodescendiente haitiano!... digo, pa’ que no me caiga CONATEL) que me tenía hecha la vida un yogourt, porque él, que jamás ha preparado ni un vaso de agua, decidió autoproclamarse el jefe de los cocineros del pollo frito… ¡salió mi numero! (creo que por eso me acordé también de Julio, porque es igualito, mi hermano no cocina nada pero se mete en mi cocina a dirigirme…)
Cómo es de suponerse el afrodescendiente comenzó a joder o para ser más específica a joderme. Que si así no se lava, que si así no se marina, que si así no se empaniza, que si así no se fríe. (Sácamelo). Por supuesto, todos los que trabajamos haciendo el pollo empezamos a verlo con ojos de odio, porque además mandaba sentado, o sea jodía pero no hacía nada.
Llegó un punto en que me cargaba loca y me preguntó algo en inglés y yo le respondí a lo que él me dijo: “no te entendí nada de lo que me dijiste, tienes mucho acento, hablas muy mal inglés”. Cómo supondrán quería mandarlo largo pero muy largo…. Pero no lo hice. Tenía como 14 millones de argumentos como para insultarlo y alejarlo de mi en un minuto, pero me detuve y recordé algo que aprendí de mis clases de liderazgo espiritual: “todo lo que te sucede es porque tú lo generas”
¿Cómo no voy a tener a alguien ladillándome si yo estoy ladilladisima?  ¿Cómo no voy a tener a alguien pretendiendo que sabe lo que no sabe, si yo pretendo ser una buena samaritana y estoy aquí pensado en mi domingo desperdiciado? Y obviamente tuve una epifanía. ¿Para qué fui? ¿Qué clase de trabajo sin sacrificio yo quiero hacer para alabar a qué Dios?... porque si es el Dios en el que yo creo… me estaba mandando una metida de pata descomunal, porque él puede ver mi corazón y sabía que estaba allí montando el show… Y automáticamente, me avergoncé, cerré mi bocota y agarre mis 50 kilos de pollo, le di la espalda al afrodescendiente ladilla y me puse a trabajar y a dar lo mejor de mi. Canté, jodí, me llené de harina hasta el cogote y en total logramos entre todos –incluido el afrodescendiente chinche- freír los 50 kilos de pollo.
Llego la hora de servir la cena y vi a un montón de viejitos solos, mujeres con sus hijos, hombres que han perdido su norte, sentarse a esperar que yo, que lo tengo absolutamente todo y más, le sirviera una bandeja con pollo, ensalada, maíz, pan, macarrone & cheese y ensalada de frutas. Con cada bandeja que servía me pagaban con un verdadero gracias, con una sonrisa, con una mirada de que soy alguien que Dios mandó. Y mi corazón se llenó del gozo divino y comprendí que había sido un gran domingo, que no estaba cansada, que me importaba un carajo oler a fritanga y que los primeros domingo de cada mes lo iba a hacer como una obligación, como una manera de retribuirle a la vida, todo lo que en abundancia Dios me ha dado y comprendí que al afrodescendiente Dios lo puso en mi camino con un propósito. Así que a “mi negro” mucho le agradezco su colaboración.

Las Lolaventuras
Miami
Marzo, 2012

Saturday, January 28, 2012

Amores Perros



¿Quién no ha tenido un amor perro?.... Un amor de esos que nos hace sufrir, suspirar y llorar de rabia al saber que una vez más metimos la pata hasta el fondo y le entregamos el corazón a quien de plano no lo merecía.

Yo creo que esta es la historia del 98% de las mujeres que yo conozco. Son pocas las que han vivido el cuento de hadas, donde conocen un hombre, se enamoran de él y desde jóvenes están juntos y tienen un proyecto de vida sólido, con un compromiso real. Esto sólo le sucede a algunas elegidas, porque para el resto de las mortales, el despecho, la rocola y la co-dependencia (con un bolsa que no vale la pena, pero que nos quita la sensación de soledad) es el pan nuestro de cada día.
Pero yo hoy amanecí con  el símil subido y con el preguntón a millón y me puse a analizar porque nosotros llamamos “perro” a un mal amor o a un mal hombre.  ¿Por qué?  Cuándo nos traicionan, nos dejan, salen con otra o simplemente nos embarcan, rápidamente decimos: “ el perro ese”. Es más, aquel famoso personaje de la Radio Rochela interpretado por Emilio Lovera “Chepina” tenía un marido que era un sinvergüenza -que uno jamás le vio la cara- pero todos sabíamos que se llamaba “el perro e’Chacón”.

Pero verdaderamente la contradicción viene, cuando por un momento te pones a analizar el asunto. ¿No es el perro en si el arquetipo de la fidelidad?, ¿No se considera al perro como el mejor amigo del hombre? (y cuando digo hombre me refiero a la raza humana). Yo ahora tengo un perro y cuando veo el amor incondicional y la compañía que esta maravillosa criatura me da, me doy cuenta que la expresión de “amores perros” debería referirse a algo puro, maravilloso y para toda la vida.
Tango Rafael es mi perro. Se llama Tango porque así lo decidió mi hermano Luis y Rafael porque yo como buena latina necesito que tenga dos nombres para poderlo regañar con propiedad cuando sea necesario. Es un Morkie (Yorkie + Maltesse) hermoso y dulce que Dios me mandó para llenar mi vida de diversión y alegría. Es mi sombra, duerme conmigo, come a mi lado, mientras trabajo se echa a mis pies y allí puede pasar infinitas horas con tal de poder poner su cabeza sobre mi empeine. Va conmigo en el carro y saca la cabeza por la ventana feliz, mientras ladra y e intenta morder el viento, me da besos, me espera en casa con una emoción única (de hecho se mea cuando me ve!) y a su manera y con su lenguaje me hace saber lo mucho que me ama…
Entonces, como sipote se nos ha ocurrido a nosotras decirle a un hombre “el perro ese” o “amor perro” a un mal amor, ¿en qué cabeza cabe? Deberíamos decir “el hipopótamo ese!” o “amor hipopótamo”, si… Y no por gordo, no, nada que ver. ¿Cuántas de ustedes saben que un hipopótamo es más peligroso que un cocodrilo y un tiburón juntos? El hipopótamo es uno de los animales más fieros y letales que existen en la naturaleza, de hecho hay más casos reportados de muerte por ataques de hipopótamos que de cocodrilos o tiburones. En toda África y en especial en Egipto son temidos, porque en el Nilo hay hasta para repartir y se han comido a media población.
Piénsenlo por un minuto. Cuando decimos “el hipopótamo ese” nos referimos estrictamente a que está gordo, pero realmente el símil cabe perfecto: Nosotras pensamos que los hipopótamos son lindos, gorditos, tiernos, con sus dos dientitos separaditos y más buena gente que el carajo. O sea tenemos una imagen de ellos absolutamente alterada por nuestros sentimientos. (Lo mismo que pensamos de un hombre cuando lo conocemos y nos invita a salir), cuando la verdad, los hipopótamos son feroces, vengativos, sangrientos, taimados y se esconden bajo una apariencia dulce y bonachona para luego comerse hasta el  último hueso a su presa
 ¿No les suena conocido? No se les parece a “mamita tú eres la única en mi vida” y luego te enteras que realmente tú eres la del miércoles. ¿Eso les suena a perro? ¿A tu amigo fiel que te ama y que pasa el día entero pegadito a ti porque considera que no hay nada mejor en el mundo que estar contigo?
Y es allí donde nosotras como mujeres debemos detenernos un momento y pensar, que realmente el problema es nuestro, porque nuestra capacidad de conceptualizar esta errada. Los hombres nos dicen mapanares, culebras, anacondas, cuaimas (y bravas estamos bien cerca de la descripción). O sea ellos saben llamar al pan, pan y al vino, vino.  Pero nosotras llamamos a los malos hombres “Perros”. ¿Por qué? Porque no comprendemos bien los conceptos o ¿por qué en el fondo tratamos de domesticarlos y jugar al papel de Dios para hacerlos a nuestra imagen y semejanza? Deténganse un minuto a pensarlo, ¿cuántos “hombre hipopótamo” hemos tenido a nuestro lado, intentando cambiarlos a mansos perros? ¿Hasta cuándo hacemos el papel de Jesús redentor para terminar como Cristo Crucificado?
Yo, ahora que tengo a Tango en mi vida, me di cuenta que un amor perro es un bello y gran amor, y que por supuesto he tenido un millón de hipopótamos y aunque el imaginario colectivo me los presente como dulces gorditos simpáticos y tontitos, no lo son y ya es hora de dejar a un lado nuestra mala manía de arreglarlo todo con un lazo y un dulce, de vernos bien en el espejo, aprender a llamar a las cosas por su nombre y nunca olvidar pedirle a Dios todos los días nos mande un perro amor.

Las Lolaventuras
Miami 2012

PD: Mi hombro un poco mejor.. por lo menos ya puedo escribir… discúlpenme el silencio

Wednesday, November 16, 2011

Agarrada por las greñas!

¡A las mujeres nos domina el pelo!... ¡no lo digo a manera de exageración… es una literalidad! Yo no conozco ninguna fémina en esta tierra que apenas se entera que tiene algún evento en su vida, (aunque sea ir para la panadería) que no piense automáticamente en su pelo, en si está peinada.
Ancestralmente el cabello es uno de los objetos de seducción más importantes que una mujer tiene y aunque el cliché indica que una melena larga es símbolo de sensualidad, el cabello en cualquier longitud forma parte del marco de la cara y en consecuencia de la mujer que somos o que queremos ser.
Y es allí, justo donde radica el problema y el tema se complica, cuando el cabello empieza a jugar parte primordial de la “bomba sexy” que todas llevamos por dentro aunque por fuera, nos sobren kilos, arrugas, canas o espinillas.
La primera característica que tiene cualquier cabello es la inconformidad. No importa como lo tengas, uno lo quiere diametralmente opuesto; vale decir si es rubio, te gusta negro, si es largo lo quieres corto, si es rizado quisieras que fuera liso como una baba y si es liso quisieras tener un afro!... ¡Pero es condición sine qua non del  cabello femenino que uno lo quiera como NO lo tiene!
Hablemos de mío (y digo el mío porque es el ejemplo que mejor conozco) Lo primero que tiene mi pelo es que no es ni chicha ni limonada, o sea, tiene pedazos lisos y pedazos donde se me salen los ancestros africanos que todas las venezolanas llevamos por dentro. Por supuesto estos rizos no pueden ser bellos y ordenados como los de mi amiga Rosemarie o la melena arbolaria de Beatriz… sino una vaina indefinida ensortijados en la raíz y lisos en la punta donde a las claras “África…¡¡ruge!!” (por aquello del salto atrás digo…). Después, yo tengo el cabello muy finito, como de bebé y aunque en verdad a mí no me parece feo tiene un grave problema y es que no hay manera de estar peinada, porque hasta la más mínima brisita me despeina. Ya yo aprendí a vivir con eso, o sea me resigné a estar despeinada… no hay manera que yo logre estar peinada por más que lo intente… De hecho mi mamá y la segunda esposa de mi papá se pasaron toda una vida regañándome y mandándome a peinar y ya hoy en día no les ha quedado más remedio que conformarse porque simplemente no puedo dominar mi pelo. Y me suceden situaciones que realmente son dignas de mencionar, como el otro día que hubo un huracán en el Caribe y aquí en Miami llovió 5 días seguidos y una noche de esas fue el cumpleaños de un amigo y decidimos, a pesar del mal tiempo, ir para su casa a celebrar. Por supuesto llegué a casa de mi amiga como pollo remojado y Cristina preocupada porque empecé a toser por el asma decidió pedir un secador prestado para secarme la cabeza para que no me pusiera peor y me pegó aquello a las greñas y me dio con las manos para secármelo. Piensen por un minuto que mi pelo estaba mojado y por supuesto se ensució (por lo de mojado y remojado) y le pegaron un secador a toda velocidad (tómense un segundo para hacer la imagen mental y piensen como quedé!)… además les aseguro que la preocupación de Cristina era sincera… pero cuando la gente llegaba a la casa y me veía… daba un brinquito pa´tras…¡susto!
Este drama de la vida real nos aqueja a todas porque no hay mujer en el planeta tierra que no viva obsesionada por el pelo. Mechas, tintes, extensiones, cortes, keratinas, desriz, catiónicos, grafilados, son parte vital de nuestro argot.
Además el cabello domina tu tiempo, si te invitan para el cine o a cenar lo primero que calculas es si te da tiempo de arreglarte el pelo y si no te da, si puedes hacerte una colita y ponerte gomina. Pero la opción de la colita y la gomina es si vas a salir entre amigos, pero si vas a salir en una cita ni con la pepa!... le dices al tipo que porque mejor no van a la siguiente función, para que te dé tiempo de bañarte, lavarte el pelo, secártelo y pasarte la plancha para salir perfecta. Si tienes una entrevista de trabajo, te levantas al amanecer de Dios para hacer exactamente lo mismo y que tibiera tan grande agarras si después de arreglarte el pelo por alguna casualidad te sudas y pierdes el secado, o si justo cuando sales empieza a llover. Imagínense que una prima mía carga en su cartera un gorro de baño y si está en la calle y empieza a llover se encancha su vaina y no le importa que todo el sur de la Florida la vea como Doña Florinda,  pero ni de broma pierde el secado o deja que se le alboroten “los hijos de ña Carmen”… ¡genial!
En ese aspecto Celia Cruz fue inteligentísima… se cortaba su pelo al cero y tenía una colección inigualable de pelucas y se ponía una, según la ocasión y salía perfectirijilla... gritando “azucaaa”. Pero el resto de las mortales que tenemos que luchar con el pelo muchas veces nos agotamos. Pero no solo nos preocupamos por nuestro cabello sino que nos fijamos con denuedo en el cabello de los demás. Y yo creo que justamente allí radica nuestra obsesión, porque sabemos a ciencia cierta que criticamos a quien tiene el pelo feo. Tanto es así, que en la entrega de los Grammys que me llenó de orgullo ver a Dudamel, magistral, dirigiendo a la Orquesta Simón Bolívar, cuando junto con Paulina Rubio entregó  el premio al mejor álbum de año, casi caigo muerta cuando vi que no se le ocurrió nada más brillante que estirarle la chichas y peinárselas “a juro” pa´tras, cuando en verdad sus rulo locos y desordenados le dan una personalidad única. Es que no había ningún fashionista que le dijera: Mijo te ves horroroso, el pelo parece un sombrero pelo e´guama mal puesto y te vas a parar al lado de la “chica dorada”!!!... Donde estaba su esposa que no pegó el grito en el cielo!... como me le hacen esa vaina a él que es un orgullo nacional.
Pero es así, que piña pero no nos queda de otras que pasar horas amarradas al secador, por lo menos demos gracias a Dios que ya salieron las planchas portátiles, porque antes nos planchábamos el pelo con la plancha de la casa y nos destruíamos las cervicales para poder poner la cabeza en la mesa de planchar, o nos echábamos aguacate y huevo para hacernos un baño de crema o cerveza para que nos salieran los rizos… sin importar como podía llegar a oler aquello después de un día de agite o una buena revolcona!
Es una condena que vino con la manzana (que vaina con Eva) por “coméntela engordaras, te darás cuenta de que estas desnuda y te saldrá pelo por todos lados y te ganas el pan con el sudor de tu frente y eso te enchichará las greñas!  (No se podía comer un cambur la caraja!)
Solo algunas privilegiadas como mi amiga Giovanna que su hermana es mi estilista (y yo le tengo una envidia cochina) sale perfecta porque Filo le arregla el pelo todas las mañanas!... eso es demasiado grande… Todas las mujeres del planeta en el fondo necesitamos una hermana como Filomena pero la verdad es que amanecemos como unas locas que mientras nos lavamos los dientes, comenzamos nuestra lucha diaria con el peine



Las Lolaventuras
Miami, Nov 2011